Hierba de ambientes secos y calurosos, matorrales, bosques
abiertos y pedregosos de la región mediterránea, de hojas ovales acorazonadas,
de unos 2 a 3 cm de diámetro, abrazadas a los tallos en las axilas de las
ramitas sin pedicelos o muy cortos, de coloración clara para reflejar la luz,
un poco carnosas y duras para retener agua, con cortos pelos ásperos sobre las
nervaduras del envés.
En primavera aparecen sus peculiares flores, dispuestas una
en cada axila de las hojas. Carecen de cáliz y los pétalos están soldados y
formando un curioso tubo alargado, abierto en la extremidad y provisto de un
largo labio marrón más oscuro, tubo peloso y con pelos más largos y duros en la
boca del embudo, en su interior 6 estambres soldados al estilo central. Los
insectos son atraídos por el color y aroma del interior de la corola y penetran
en el tubo, de donde debido a los pelos, tienen grandes dificultades para salir
permaneciendo dentro y llevando a cabo la fecundación de las flores.
Una sección transversal del pétalo muestra las células del
parénquima cargadas de pigmento intracelular rojizo que da color a la corola
envueltas en dos capas de epidermis transparentes de las que salen gran
cantidad de cortos pelos, bulbosos y con terminación en garfio.
Toda la corola tanto en su parte externa como interna está
recubierta de numerosos pelos pluricelulares de paredes muy gruesas, base muy
ancha y fuerte terminados en una punta redondeada en garfio.
Estos fuertes pelos de punta recurvada hacen muy difícil a
los insectos que penetran en la corola volverse atrás y salir, actúan con
anzuelos o garfios.
En la parte baja de la corola por su parte interna también
encontramos unos peculiares pelos glandulosos muy oscuros.
Estos pelos glandulosos segregan gran cantidad de aromas que
atraen a los insectos que entran en el tubo y llevan a cabo la polinización de
las flores.
Estos pelos glandulares son muy largos y aparecen como
enrollados sobre sí mismos.
El resto de las células que forman el interior de la corola
son de tipo epidérmico , gruesas y provistas de un saliente o mama.
En cuanto a los órganos masculinos lo conforman seis anteras,
prácticamente sin filamentos dispuestas en la parte baja e interna de la
corola, cada una de las cuales constituida por dos cavidades o tecas.
En el interior de las
tecas se forman los granos de polen que los insectos que penetran recogen en
sus patas y alas al removerse en su interior por las dificultades que
encuentran para salir.