Hierba vivaz con cepa gruesa que carece de tallo y tiene las
hojas dispuestas en una roseta basal. Flores agrupadas en capítulos amarillos
solitarios que nacen en lo alto de un pedúnculo cilíndrico y hueco que al
cortar desprende leche blanca. Involucro con las brácteas inferiores extendidas
y flores amarillas todas en forma de lámina, lígula. Fruto ovoide con vilano.
Al madurar los frutos forman como un globo que al soplarle se deshace.
Las flores presentan un pequeño ovario basal que en la
madurez se convertirá en fruto coronado por un anillo de finos pelos blancas,
por encima una corola soldada en un estrecho tubo amarillo terminado una
estrecha laminilla o lígula que en las flores de los bordes es grande y
vistosa. De su interior sale un filamentos bifurcada en la extremidad que es el
órgano femenino, el estilo y estigma y alrededor los estambres.
El pistilo de la flor termina en dos estigmas alargados y
espinosos para atrapar los granos de polen.
La parte externa de estos estigmas está recubierta de células
espinosas con pigmento amarillo en su interior.
Detalle de las células que recubren la parte externa del
estigma.
Detalla de las células de los bordes del estigma, netamente
espinosas.
Por la parte interna los estigmas presentan una estrecha
banda fuertemente dentada para atrapar los granos de polen.
Detalle de la parte interna de los estigmas donde se
enganchan los granos de polen.
Los dos estigmas de uno de los pistilos de una flor con
numerosos granos de polen atrapados entre sus dientes.
Detalle de los granos de polen atrapados e incluso ensartados
en los dientes espinosos de los estigmas.
Una de las cavidades o tecas que forman la antera del órgano
masculino en cuyo interior se forman los granos de polen.
Detalle de los granos de polen en el interior de una teca.
Granos de polen.
Granos de polen con cubierta reforzada con una red espinosa.
Las flores más externas presentan unas largas lígulas
amarillas sobre las cuales se aprecian el pistilo con sus dos estigmas.
Estas lígulas que forman parte de la corola están
constituidas por células muy alargadas con abundante pigmento amarillo en su
interior que da color a la corola.
Detalle de las células de la corola con el pigmento amarillo
que se deteriora con al agua de observación.
Células epidérmicas de la lígula con los pigmentos ya
deteriorados en forma de una mancha central y algunos vasos conductores que la
recorren.
Detalle de las células de la lígula con paredes gruesas y
sinuosas, tipo epidérmicas.
Vasos conductores con refuerzos espirales de lignina.
Todas las flores justo encima del ovario presentan un anillo de
pelos blancos que en la fructificación desarrollan y se convierten en la
pilosidad o vilano que arrastra los frutos.
Detalle de la parte superior del ovario coronado por un
conjunto de finos pelos que en la fructificación se convertirán en el vilano
que arrastre los frutos.
Aunque aparentemente son pelos finos y lisos en realidad son
pluricelulares y dentados para ser arrastrados mejor por el viento.
Cada una de las células que forman el pelo termina en un
diente saliente.
Parte basal de los pelos donde se aprecia la transformación
de las células en pelos.
Hojas muy verdes, blandas, alargadas y profundamente hendidas
en lóbulos triangulares agudos.
La estructura interna de la hoja es similar a la de otras
hojas, dos capas unicelulares de tejido epidérmico transparente protegen una
gruesa capa de células verdes de parénquima clorofílico, verdadera fábrica de
la planta. En el centro uno de los nervios principales que recorren y dan
estructura a la hoja, formados por vasos leñosos en el centro y liberianos
alrededor.
El parénquima clorofílico presenta poca diferencia entre el
haz y el envés. En la parte superior el parénquima en empalizada presenta
células algo más alargadas y sobre todo más apretadas para captar mejor la luz,
mientras que en la parte del envés, debajo de la foto, las células son menos
alargadas, más irregulares y dejan más huecos para circular los gases.
Detalle de las células del parénquima lagunar del envés con
huecos para circulación de gases.
Detalle de las células del parénquima en empalizada del haz
con células apretadas y sin huecos, con numerosos cloroplastos adheridos a las
paredes celulares.
Por ambas caras el limbo de la hoja está envuelto por un
tejido epidérmico de una sola capa de células de contornos muy sinuosos, como
piezas de un puzle, lo que le da más consistencia e impermeabilidad. De manera
dispersas y mucho más abundantes en el envés, aberturas o estomas por donde se
realiza el intercambio de gases.
Células epidérmicas transparentes, a través de las cuales se
aprecian algunos cloroplastos del parénquima interno y varios estomas.