jueves, 6 de abril de 2017

Taraxacum officinale Weber (Amargón, Diente de león)



Hierba vivaz con cepa gruesa que carece de tallo y tiene las hojas dispuestas en una roseta basal. Flores agrupadas en capítulos amarillos solitarios que nacen en lo alto de un pedúnculo cilíndrico y hueco que al cortar desprende leche blanca. Involucro con las brácteas inferiores extendidas y flores amarillas todas en forma de lámina, lígula. Fruto ovoide con vilano. Al madurar los frutos forman como un globo que al soplarle se deshace.
Las flores presentan un pequeño ovario basal que en la madurez se convertirá en fruto coronado por un anillo de finos pelos blancas, por encima una corola soldada en un estrecho tubo amarillo terminado una estrecha laminilla o lígula que en las flores de los bordes es grande y vistosa. De su interior sale un filamentos bifurcada en la extremidad que es el órgano femenino, el estilo y estigma y alrededor los estambres.
El pistilo de la flor termina en dos estigmas alargados y espinosos para atrapar los granos de polen.
La parte externa de estos estigmas está recubierta de células espinosas con pigmento amarillo en su interior.
Detalle de las células que recubren la parte externa del estigma.
Detalla de las células de los bordes del estigma, netamente espinosas.
Por la parte interna los estigmas presentan una estrecha banda fuertemente dentada para atrapar los granos de polen.
Detalle de la parte interna de los estigmas donde se enganchan los granos de polen.
Los dos estigmas de uno de los pistilos de una flor con numerosos granos de polen atrapados entre sus dientes.
Detalle de los granos de polen atrapados e incluso ensartados en los dientes espinosos de los estigmas.
Una de las cavidades o tecas que forman la antera del órgano masculino en cuyo interior se forman los granos de polen.
Detalle de los granos de polen en el interior de una teca.
Granos de polen.
Granos de polen con cubierta reforzada con una red espinosa.

Las flores más externas presentan unas largas lígulas amarillas sobre las cuales se aprecian el pistilo con sus dos estigmas.
Estas lígulas que forman parte de la corola están constituidas por células muy alargadas con abundante pigmento amarillo en su interior que da color a la corola.
Detalle de las células de la corola con el pigmento amarillo que se deteriora con al agua de observación.
Células epidérmicas de la lígula con los pigmentos ya deteriorados en forma de una mancha central y algunos vasos conductores que la recorren.
Detalle de las células de la lígula con paredes gruesas y sinuosas, tipo epidérmicas.
Vasos conductores con refuerzos espirales de lignina.
Todas las flores justo encima del ovario presentan un anillo de pelos blancos que en la fructificación desarrollan y se convierten en la pilosidad o vilano que arrastra los frutos.
Detalle de la parte superior del ovario coronado por un conjunto de finos pelos que en la fructificación se convertirán en el vilano que arrastre los frutos.
Aunque aparentemente son pelos finos y lisos en realidad son pluricelulares y dentados para ser arrastrados mejor por el viento.
Cada una de las células que forman el pelo termina en un diente saliente.
Parte basal de los pelos donde se aprecia la transformación de las células en pelos.
Hojas muy verdes, blandas, alargadas y profundamente hendidas en lóbulos triangulares agudos.
La estructura interna de la hoja es similar a la de otras hojas, dos capas unicelulares de tejido epidérmico transparente protegen una gruesa capa de células verdes de parénquima clorofílico, verdadera fábrica de la planta. En el centro uno de los nervios principales que recorren y dan estructura a la hoja, formados por vasos leñosos en el centro y liberianos alrededor.
El parénquima clorofílico presenta poca diferencia entre el haz y el envés. En la parte superior el parénquima en empalizada presenta células algo más alargadas y sobre todo más apretadas para captar mejor la luz, mientras que en la parte del envés, debajo de la foto, las células son menos alargadas, más irregulares y dejan más huecos para circular los gases.
Detalle de las células del parénquima lagunar del envés con huecos para circulación de gases.
Detalle de las células del parénquima en empalizada del haz con células apretadas y sin huecos, con numerosos cloroplastos adheridos a las paredes celulares.
Por ambas caras el limbo de la hoja está envuelto por un tejido epidérmico de una sola capa de células de contornos muy sinuosos, como piezas de un puzle, lo que le da más consistencia e impermeabilidad. De manera dispersas y mucho más abundantes en el envés, aberturas o estomas por donde se realiza el intercambio de gases.

Células epidérmicas transparentes, a través de las cuales se aprecian algunos cloroplastos del parénquima interno y varios estomas.