miércoles, 5 de abril de 2017

Lithodora fruticosa (L.)Griseb. (Hierba de las siete sangrías)


Mata de hasta 0,5 m de altura muy ramificada y cubierta de hojas estrechas parecidas a las del romero pero con pelos que les dan aspereza. Flores llamativas de color púrpura primero y luego azul, con corola tubular que se abre en 5 lóbulos ovales. Están dispuestas en grupos terminales cortos y pocos densos. El fruto se compone de 4 granos de color blanco que se encuentran en el fondo del cáliz. Florece de marzo a junio.
Flores tubulares que se abren en cinco lóbulos ovales en cuyo centro asoman las cabezas de cinco estambres  y que ocultan el órgano femenino, un  único pistilo central.
Extremidad del pistilo, el estigma, recorrido por vasos conductores que llevan nutrientes a las células del ensanchamiento superior que acogen a los granos de polen.
Las células del estigma se ensanchan y forman una plataforma de recepción de polen.
Detalle de las células del estigma con unos granos de polen atrapados.
Pequeña porción de pétalo recorrido de vasos conductores y con pigmento azulado irregularmente distribuido.
Con más detalle apreciamos la presencia de pelos unicelulares, punzantes e incoloros sobre una superficie que en nada es lisa y a través de la cual se trasparentan los pigmentos internos.
Células de la epidermis o capa externa de los pétalos, algunos vasos leñosos en la parte baja de la foto y mucho pigmento con una disposición sinuosa e irregular.
Un detalle de la capa externa o epidermis del pétalo nos permite ver células transparentes provistas de una pequeña mama central y realmente parecen microscópicas prótesis.
A través de ellas se percibe pigmento azulado de las células más internas.
En vista lateral vemos las células epidémicas transparentes y con forma de pecho y mama y debajo se vislumbran células más irregulares y sinuosas cargadas de pigmento azulado.
Células internas de formas irregulares y sinuosas que contienen el pigmento que da color a la corola.
Los órganos masculinos, los estambres, están provistos de unas grandes anteras que asoman en el tubo de la corola, formada por dos cavidades o tecas unidas por el centro. En la foto sección transversal de las dos tecas de una antera con numerosos granos de polen dispersos.
Las anteras están constituidas por células de paredes muy gruesas, lisas en los bordes o cantos, pero con contrafuertes curvos en el resto para dar consistencia y resistencia al viento y agua.
Perfil de las células que forman las paredes de las anteras con la base de los contrafuertes de donde salen refuerzos curvos.
Vista dorsal de los contrafuertes curvos a modo de bóveda que refuerzan las paredes celulares de las anteras.
Granos de polen.
Granos de polen con los poros germinativos.
Hojas estrechas y alargadas, con los bordes un poco revueltos y recubiertas por toda de grandes pelos blancos y ásperos.
El interior de las hojas se compone de una gruesa capa de parénquima clorofílico sin apenas diferencia entre el haz y el envés, recorrido por vasos conductores que transportan nutrientes.
Células del parénquima clorofílico, con células alargadas y muy cargadas de cloroplastos para realizar las fotosíntesis.
Por ambos lados el parénquima está protegido por una capa de tejido epidérmico  de paredes muy gruesas e impermeables.
De este tejido epidérmico salen numerosos pelos no ramificados, lanceolados y apuntados cuya misión es proteger las hojas de los animales y retener humedad ambiental.
El envés está completamente cubierto de pelos, mientras que en el haz los pelos son más grandes y más dispersos.

Estos pelos no son lisos sino que presentan una gruesa pared con numerosos abultamientos o granulaciones que les dan rigidez y ayudan a retener humedad ambiental.
Estos pelos salen de una base ensanchada que les permite mover y le da una buena fijación.

Son pelos huecos, de gruesas paredes y unicelulares.