Mata aromática de 30-80 cm. de altura con tallo leñoso corto
y con ramas y hojas cubiertas de un tomento blanco. Las flores son de color
violeta y están agrupadas en glomérulos que a su vez se agrupan en espigas
terminales, con cáliz tubular bastante largo, corola tubular que se abre en dos
labios.
Las hojas son perennes de forma oblonga o espatulada y cubiertas por
ambas caras de una fino tomento blanco.
En una sección transversal de la parte central de la hoja
vemos el nervio central entre medio de una gruesa capa de parénquima
clorofílico sin apenas diferencia entre la parte superior del haz y la del
envés, separados por finos vasos conductores y todo ello envuelto en dos capas
de tejido epidérmico densamente poblado de pelos incoloros.
Detalle del nervio central formado por vasos conductores y la
epidermis del envés.
Tanto el parénquima del haz, a la izquierda de la foto, como
el del envés, a la derecha, están constituidos por células alargadas y
fuertemente empaquetadas, con pocos huecos, tipo en empalizada, ambos separados
por los vasos liberianos y leñosos que llevan nutrientes y recorren toda la
superficie foliar.
Detalle de las células del parénquima con numerosos
cloroplastos adheridos a la parte interna de la pared celular para atrapar el
máximo de luz.
El parénquima está encerrado por ambos lados por unas capas
de epidermis traslúcidas y cubiertas de una gruesa capa de pelos igualmente
traslúcidos.
Estos pelos ramificados que recubren ambas superficies de las
hojas tienen como misión retener la humedad ambiental a la noche y mantener
húmeda y fresca la planta durante el día.
Son pelos huecos, unicelulares y muy ramificados.
Vistos en detalle recuerdan las cornamentas de algunos
Mamíferos como los ciervos, con superficie verrugosa.
La rugosidad de las gruesas paredes de estos pelos ayuda a
retener la humedad ambiental.