Uno de los líquenes más comunes sobre ramas y troncos de los
más diversos árboles, especialmente Quercus,
robles, encinas, carrascas, alcornoques, etc, pero también sobre otros muchos,
forma como unas cortezas amarillo verdosas o amarillo anaranjadas formadas en
su mayor parte por pequeños discos que son los órganos reproductores sexuales,
los apotecios.
El cuerpo o talo del liquen está totalmente cubierto por los
apotecios y justamente se puede apreciar en los bordes en forma de finas
membranillas irregulares.
Una sección del talo muestra un claro contraste entre la
parte superior verdosa y la inferior blanquecina.
La parte superior del liquen más expuesta a la luz presenta
la típica estructura de un liquen una asociación de algas verdes e hifas
filamentosas de hongo.
Sin embargo en la parte inferior o envés, está constituida
exclusivamente por hifas filamentosas de hongos que no utilizan la luz.
En realidad la verdadera esencia del liquen es la relación
simbiótica entre algas unicelulares con clorofila que producen materia orgánica
mediante fotosíntesis y las hifas filamentosas de hongos que atrapan humedad y
mantienen húmedas las algas y les proporcionan nutrientes minerales a la vez
que obtienen alimento de éstas sin el cual no podrían vivir en esos lugares.
La reproducción sexual se realiza por el mismo mecanismo que
los hongos que la forman, en este caso Ascomicetos que producen apotecios,
pequeños discos que cubren casi la totalidad del talo.
En una sección de uno de los discos o apotecios vemos en la
parte baja la estructura típica del talo, hifas incoloras con algas verdes
asociadas, sin embargo en la parte superior, lo que corresponde realmente a los
discos no hay algas y solo se ve una gruesa capa incolora coronada en superficie
con otra marrón u ocrácea.
Con más detalle se aprecia en la parte clara interna que
forma los discos pequeñas bolitas agrupadas igual que la parte superior o
externa de los discos.
Estructura del talo, asociación de algas verdes e hifas
filamentosas de hongo.
Los discos están constituidos por ascas en cuyo interior se
forman las esporas del hongo envueltos en numerosos parafisos estériles que
ayudan a dispersar las esporas y por tanto se trata de verdaderos apotecios o
fructificaciones fúngicas.
Aquí vemos dos ascas con ocho esporas en su interior y en la
parte baja algunas esporas fúngicas sueltas con dos gruesas vacuolas en su
interior.
Al desmenuzar y dispersar mejor estos discos apreciamos las
ascas y los numerosos parafisos que las envuelven , ramificados en la
extremidad y terminados en unos ensanchamientos con contenido ocráceo o marrón
anaranjado.
Conjunto de ascas y parafisos con las extremidades
ramificadas y casi articuladas.
Asca madura con ocho esporas elipsoidales y con dos vacuolas
en su interior.
Extremidades de los parafisos con contenido ocráceo o marrón
anaranjado y responsable de la tonalidad anaranjada de los discos o apotecios.