Carrizo típico de charcas, lagunas, ribazos, riberas de río,
etc. Presenta raíces numerosas y bastante gruesas, todas semejantes saliendo de
unos tallos subterráneos negros, a menudo estrangulados formado como un rosario
de bulbos. De estos tallos subterráneos o rizomas salen todos los años un
conjunto de tallos aéreos e indivisos, de hasta 4 m. de altura, verdes, sin
crecimiento secundario en grosor y por tanto de tipo herbáceo. De cada nudo del
tallo sale una gran hoja, alargada, de 1 a 3 cm de anchura en su base y con una
gran superficie de evaporación de agua. A finales del verano o principios del
otoño se constituyen en la extremidad de los tallos una gran panícula de
flores. Cada flor se compone de dos simples escamillas que encierran 3
estambres y un pistilo con 2 esterigmatos. Estas flores se agrupan en pequeñas
espiguillas de unas 2 a 7 flores entre las que existen numerosos pelos blancos
y muchas espiguillas componen toda la gran panícula terminal.
Las flores fecundadas
dan lugar a unos pequeños frutos secos, como pequeños granitos que se
desprenden junto con las escamas y constituyen una especie de pelusa que flota
en el agua impidiendo que se hunda la semilla hasta que es arrastrada a la
orilla donde pueda germinar.
Vilano que rodea los frutos y les permite ser arrastrados
por el viento y flotar en el agua.
Los pelos del vilano son estructuras unicelulares muy
largas, de paredes gruesas y huecas y por tanto con gran capacidad de vuelo y
flotación.
Pequeña bráctea que protege la parte baja de los frutos en
la madurez.
Detalle de las terminaciones de las brácteas que protegen el
fruto.
Las escamillas que protegen los frutos están constituidas
por una simple capa de tejido epidérmico formado por células muy alargadas, de
paredes muy gruesas y con numerosas invaginaciones.
Detalle de las células epidérmicas que forman las escamillas
que protegen el fruto con paredes muy gruesas y sinuosas.
Las escamillas que envuelven el fruto presentan en los
ángulos unos fuerte dientes que recuerdan los dientes de tiburón, proceden de
las células epidérmicas más que constituyen las escamillas.