Pequeña hierba vivaz con una llamativa flor blanca,
característica de los hayedos. Rizoma horizontal, largo y carnoso, del que
salen 1 6 2 hojas con largo peciolo y lámina palmeada dividida en 3 a 5 segmentos con un pequeño rabillo cada uno. Del rizoma
también sale el tallo floral que tiene una flor terminal y tres hojas insertas
en un mismo punto, en el tercio superior del tallo. Flores blancas, a veces
rosas o lilas, formadas por 5 a 8 piezas
petaloides y por numerosos estambres y carpelos, estos últimos con pelos y
agrupados en una cabezuela. Florece de marzo a mayo, antes de salir las hojas a
los árboles.
La flor presente de 5 a 8 pétalos blancos, delgados y
recorridos por finas venillas.
En una pequeña porción del pétalo vemos que las venillas
corresponden a vasos conductores que recorren el pétalo llevando nutrientes a
las células más o menos isodiamétricas que conforman esta estructura.
Esta estructura aparentemente plana cuando la vemos más
cercanamente apreciamos que las células no son planas sino abultadas.
Y con más detalle vemos las células de la parte superior del
pétalo abultadas, como velas para que el viento circule y las mueva.
En una visión más lateral vemos que la superficie de los
pétalos no mucho menos es liso sino formada por células casi cónicas, no
pigmentadas pero sí vivas y con núcleo interno claramente visible.
Si tratamos de hacer una observación transversal del fino
pétalo vemos que presenta una epidermis superior con células abultadas como las
que hemos visto, una epidermis inferior má clásica con células planas y de
contornos sinuosos, tipo puzle y un relleno con célula más irregulares,
atravesadas por vasos conductores y con un material amorfo disperso.
Células en puzle de la epidermis inferior.
Material mineral que rellena el pétalo posiblemente para
darle consistencia.
Material mineral formado por gránulos incoloros.
Detalle de los vasos conductores que recorren el pétalo, los
leñosos en la parte superior con refuerzo de lignina en forma de espiral y
debajo los liberianos en forma de células alargadas.
La flor está compuesta
por numerosos estambres constituidos por un filamentos blanco y una
antera amarilla con dos tecas y carpelos agrupados en una cabezuela.
Vista de la antera de una estambre con el filamento central
recorrido por vasos conductores y las dos cavidades o tecas donde se forma el
polen.
Pared externa de una de las tecas de la antera formada por
células con paredes muy reforzadas.
Vista lateral de las células que forman la cabeza de las
anteras con paredes fuertemente reforzadas en forma de columnas para dar
consistencia a la teca y favorecer su movilidad por el viento.
En su interior se forma el polen.
El estigma o cabeza de un carpelo donde se recoge el polen y
vasos conductores que aportan los nutrientes.
Detalle de la cabeza o estigma del carpelo formado por
células abultadas para que se enganchen los granos de polen.
Detalle de varios granos de polen entre las células del
estigma.
Hojas con largo peciolo y lámina palmeada dividida en 3 a 5 segmentos con un pequeño rabillo cada uno, lisas por el haz
y ligeramente pelosillas por el envés, en general con tonalidades rojizas hacia
los bordes y el peciolo.
Sección transversal del limbo de una hoja con la típica
estructura de dos capas de epidermis formadas por células transparentes que
protegen el tejido parenquimático clorífilico, verdadera fábrica de la planta,
en el haz, arriba, en empalizada y en el envés, abajo, lagunar. A la derecha un
fino nervio y se transparenta uno de los pelos del envés.
Detalle de una sección del nervio central de la hoja con los
vasos leñosos en la parte superior y los liberianos en la parte inferior.
Epidermis superior y parénquima en empalizada.
Parénquima laguna del envés.
Detalle de la epidermis del envés que a diferencia de la del
haz presenta numerosos estomas.
Estoma y células en puzle de la epidermis del envés.