Arbusto de 2-5 m de
altura con ramas jóvenes de color rojo sangre, hojas opuestas, verdes por ambos
lados que en otoño se vuelven rojas, ovaladas con márgenes enteros y largamente
pecioladas, con los nervios muy marcados. Las flores aparecen entre mayo y
julio y son blancas y en umbelas, con cuatro pétalos y cuatro sépalos. Los frutos que también
nacen agrupados son redondeados y del tamaño de un guisante de color
negro-azulado.
Las flores se componen de cuatro pétalos blancos y carnosos
entre los cuales asoman cuatro estambres y un pistilo central.
Una pequeña porción de pétalo presenta un aspecto rugoso y
con algunos pelos dispersos que no se aprecian a simple vista.
Un detalle más cercano de la superficie de los pétalos que
aparentemente es lisa muy al contrario está formada por células epidérmicas
cónicas o convexas lo que le dan consistencia al pétalo.
Las células epidérmicas que forman los pétalos presentan una
forman cónica y una superficie surcada para que resbale el agua.
De manera muy dispersa e imperceptible a la vista presenta
algunos pelos con superficie tuberculosa que salen de entre las células
epidérmicas.
Hojas ovaladas al principio verdes y con las primeras heladas
van tomando coloraciones rojizas a partir del margen y con superficie
aparentemente lisa y sin pelos por ambas caras.
Sin embargo un detalle de la epidermis del envés nos
sorprende con la presencia de pelos muy dispersos y que curiosamente una buena
parte de ellos se sujetan por el medio, son prácticamente rectos, apuntados por
ambos extremos y salen del centro.
Detalle de la parte central del pelo más ensanchada de donde
surge.
Estos pelos de estructura muy similar a los que aparecen en
los pétalos, son incoloros y de paredes muy gruesas y tuberculosas,
posiblemente para retener algo de humedad ambiental.