Típica hierba “lechera” de bosques caducifolios húmedos,
hayedos y robledales. Presenta un tallo un poco lignificado en la base que porta numerosas hojas alargadas, gruesas y blandas, más concentradas,
casi en roseta y persistentes en la parte baja y más pequeñas, esparcidas y
caducas en el resto. En la parte superior produce a partir de la primavera un
paraguas de 5 a 10 radios con peculiares flores en sus extremidades protegidas
por dos hojitas opuestas orbiculares y soldadas.
Hojas lanceoladas bastante gruesas y a menudo con manchas
rojizas por el envés.
En un corte transversal de la parte central de la hoja vemos
el nervio central y la estructura clásica de una hoja, dos capas de epidermis
unicelulares con células transparentes que protegen a una gruesa capa de
parénquima clorofílico verde, principal fábrica de materia orgánica de la
planta.
La parte superior o haz de la hoja con el tejido epidérmico
transparente pero con células provistas de gruesas paredes para proteger el
parénquima clorofílico en empalizada inmediatamente inferior que contiene muchos
cloroplastos y transparente para dejar pasar la luz.
En la parte opuesta de la hoja, en el envés el parénquima
clorofílico es de tipo lagunar con células más irregulares y dejando huecos por
donde circulan los gases que atraviesan la epidermis.
Las envueltas de las hojas, las epidermis, son capas
unicelulares de células fuertemente ensambladas con contornos sinuosos y muy
cerradas e impermeables de manera que solo pasan los gases y nutrientes a
través de los estomas que la mayor parte se encuentra en la epidermis del
envés, (en la foto epidermis del haz).
Las células epidérmicas presentan un contorno sinuoso, tipo
puzle, con tabiques intercelulares muy gruesos y resistentes.
Sus paredes no son lisas sino presentan pliegues o como en
este caso rugosidades para darle más impermeabilidad.
Las flores son verdes y poco vistosas, tres o cuatro hojitas
envuelven los órganos sexuales, contienen
4 callosidades amarillas en forma de cuernos en cuya base se disponen
las anteras de los estambres y una
cápsula central lisa con cuatro surcos y coronada por 3 estigmas es el órgano
femenino.
La cápsula central que corresponde al pistilo de la flor está
coronada por tres estilos ramificados en la extremidad y terminados en un
pequeño ensanchamiento, el estigma donde aterrizan los granos de polen.
Detalle del extremo del estilo con el estigma.
Superficie del estigma con un grano de polen adherido y el
surco germinativo.
Por su parte los órganos masculinos se componen de tres
anteras, cada una de las cuales se compone de dos cavidades o tecas.
En el interior de cada teca se forman los granos de polen.
Las paredes de las anteras son curvadas y muy resistentes,
están constituidas por células de paredes muy gruesas y rugosas.
En su interior se forman los granos de polen que salen por
abertura longitudinal de las paredes de las tecas.
Los granos de polen son esféricos o globulosos, con paredes
rugosas y provistas de una hendidura germinativa por donde sale el tubo
polínico o interior del grano de polen.
El tallo es al principio y en las extremidades, blando y
verde, pero con la edad y hacia la parte baja se va lignificando, se vuelve
marrón y leñoso.
En un sector transversal del tallo joven y verde vemos un
interior meduloso de parénquima de reserva, con muy pocos o ningún cloroplasto,
a su alrededor un conjunto de haces de vasos conductores y toda la parte
superficial del tallo joven tejido de parénquima clorofílico con cloroplastos
protegido externamente por una capa de tejido epidérmico transparente.
Detalle de los haces de vasos conductores o nervios internos
de los que salen algunos vasos leñosos con su típico refuerzo de lignina en
espiral.
Tejido de parénquima de reserva que constituye la médula del
tallo.
Superficie más externa de un tallo joven con parénquima
clorofílico formado por células casi isodiamétricas y con cloroplastos lo que
da color verde al tallo y por fuera una gruesa capa de tejido epidérmico.
Si despellejamos la corteza del tallo obtenemos una vista
frontal de la piel o epidermis del tallo formado por células muy alargadas de
paredes muy gruesas y sin cloroplastos y con muy pocos estomas.
Detalle de las células epidérmicas del tallo, muy alargadas y
con muy gruesas paredes celulares.
De manera muy dispersa aparecen algunos estomas por donde se
realiza intercambio de gases y nutrientes.